Globalización y cocina fusión no son un fenómeno nuevo, para muestra el mancha-manteles: “mezcla abigarrada compuesta de piña, camote, pavo y chile ancho con chorizos, vinagre, almendras, membrillos y perón, sin olvidar el plátano de origen africano, lo que, aderezado con clavo, canela, pimienta y nuez moscada, daba como resultado un plato eminentemente criollo, concierto de sabores en el que intervienen los cuatro continentes” (cf. Cubiertos de Plata, p. 68).
Sabores de la Nueva España y recetas del siglo XVIII que todavía se disfrutan.